Intérpretes

Johann Sebatian Bach, se limitó a usar los timbales con las trompetas o trompas y como instrumento transpositor, escribiéndolos siempre como C y G, aunque anotando al principio de la partitura cual debía ser el sonido real de los instrumentos.
 
 
 
Georg Friedrich Haendel tenía en su poder dos timbales capturados en guerra 1709 casi 15 cm de radio más grande que los normales (35/39"), que usó en la música par los reales fuegos artificiales, donde usó tres juegos de timbales y tres timbaleros, todos afinados en D y A. Los utilizó con las trompetas y trombones con la intención de dar un aire festivo a su música, siendo el primer compositor en indicar un cambio de afinación en la misma pieza (sólo dos veces y accidentalmente). Igualmente requirió tres timbales para su música acuática.
 
 
Franz Joseph Haydn después de dejar la corte de los Esterhazy escribió muy a menudo para timbal, tocando con el mismo ritmo que la melodía o bien con un ritmo propio acompañando a esta, siendo habitualmente en los tonos pedales y ritmos frescos y rápidos, utilizando exclusivamente diferencias de cuartas y quintas.
 
 
Wolfgand Amadeus Mozart aunque en dos de sus divertimentos usó 4 timbales, y quizás por la falta física de instrumental no volvió a utilizarlos nunca, escribiendo sólo para un par de ellos. La característica principal que aporta Mozart al timbal es el uso, ya normal, del redoble y los ataques fortepiano que hasta entonces no se habían escrito. Aunque su uso habitual era rítmico y grandioso él requirió del timbalero partes de sonido blando y amplio, comenzando así el uso de la baqueta embozada.
 
 
Ludwig van Beethoven fue el primer compositor en usar el extensivamente el redoble y en colocar en uno de los timbales la tercera de la armonía. En la sexta y séptima sinfonía afinó los timbales en LA y en FA, utilizando el tercer timbal para RE, con lo cual consigue el acorde completo que acompañará a la orquesta. Usa unísonos y en la novena sinfonía tiene el descaro de afinar el par de timbales en octava (con el tiempo se ha considerado una de las mejores escrituras de timbales de la historia y un avance inusual para la época).
 
 
 
Louis Hector Berlioz requirió hasta ocho intérpretes para 16 timbales en su Sinfonía Fantástica, aunque no lo volvió a repetir posiblemente debido a la falta de instrumental y el gasto que suponía ya que los timbaleros eran músicos profesionales muy bien pagados. Este avance que Berlioz aportó al timbal se debe también en parte al avance técnico en la construcción del mismo. Las calderas de latón se comenzaron a hacer de cobre, las llaves de afinación del instrumento se construyeron con un soporte en espiral para poder acelerar el cambio de tono, y los parches, pasaron de ser rudimentarios a construirse específicamente para esa labor. Apareciendo en 1821 el primer timbal giratorio, en 1830 el primer timbal de pedal, que aunque muy rudimentario aporta la novedad de poder afinar mientras se toca.
 
 
Debido a estos avances compositores como Wilhem Richard Wagner, Piotr Ilich Tchaikovsky, Béla Bartok, Gustav Mahler, ya se plantearon usar los timbales de pedales, como por ejemplo en Día de Verano en la Montaña de Paul Marie Theodore Vincent D'Indy, donde se especifican timbales cromáticos, pero sin duda fue Alexander Nikolayevich Tcherepnin en su sonatina para timbal y piano el primero que comprendió el verdadero potencial del timbal moderno.